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Entonces ¿Qué influencia a nuestro sistema inmune?

Tengo unas hijas que son mellizas y pronto cumplirán ocho años; suena algo redundante lo que voy a decir, y es que han tenido las mismas condiciones, por no decir idénticas condiciones, pues compartieron barriga, nacieron en el mismo lugar, las dos se alimentaron de leche materna la misma cantidad de tiempo, vivieron en los mismos lugares, su esquema de vacunación es el mismo, y por un tiempo inicial su alimentación también lo fue. Cabe decir que han ido al mismo jardín y ahora al mismo colegio y desde que nacieron han dormido juntas hasta el sol de hoy.

Me gusta pensar que ellas son mi pequeño estudio de investigación, me corroboran que cada persona sin importar el entorno similar en el que puedan vivir o las condiciones, tienen una narrativa única y por ende un comportamiento y un desarrollo del sistema inmune muy distinto.

Les voy a quitar sus nombres propios para no ir a tener algún problema personal y la idea es que ustedes lectores, exploren y descubran la respuesta al título de este blog:


Luna, que nació un minuto después, es algo torpe, se cae, riega algo casi todos los días, se sienta chueca sin importar en dónde esté, es líder, algo manipuladora y muy noble; es creativa, auténtica y muy muy expresiva. Ella grita cuando tiene rabia, me dice cuando le hago falta, me abraza y se me monta encima; aún hace pataleta cuando algo no le parece o si se siente desbordada. Las emociones son para sacarlas, sin importarle mi reacción o la de nadie con tal de ella estar bien, con tal de ella poder liberarse, contenerse o simplemente sobrevivir.

Mi otra hija, Emilia, nació un minuto antes, sin embargo, pareciera que hubiera nacido 5 años antes. Es responsable, organizada, y meticulosa, con una habilidad motora gruesa magnifica, le encantan las manualidades, es tierna y vanidosa. Ella le cuesta expresarse, le cuesta pedir perdón y perdonar, quiere siempre ayudar y colaborar antes de ser una carga, por lo mismo, no quiere estorbar ni hacer mucho “show”. Su emoción es hacia adentro y ella, no se cae, pero si alguien tiene virus en la casa, a ella siempre le da. No le gustan casi los dulces, ni los excesos.

Este es el punto crítico: una se enferma y la otra (casi) no. Tienen las mismas condiciones de nacimiento, la misma edad, la misma educación, el mismo perro al que le dan besos, los mismos padres con los que conviven, el mismo colegio y aún así su sistema inmune se comporta muy distinto. Entonces ¿de qué se influencia nuestro sistema inmune?

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