El autismo solía ser hace algunos años, un trastorno bastante inusual, en 1990 la incidencia era más o menos alrededor de 1 en 10.000, hace 10 años, la incidencia era 1 en 150 y hoy en día según la CDC (Centers for Disease Control and Prevention), alrededor de 1 en 60 niños es diagnosticado con trastorno del espectro autista y cada día parece que aumenta.
¿Qué está pasando?
Yo leo esas cifras y realmente me asusto, lo bueno es que estas mismas estadísticas nos indican que la genética parece no jugar un papel fundamental en este trastorno, pues, en general la genética no muestra un aumento tan repentino en la incidencia. Utilicé el adjetivo “bueno” anteriormente, porque lo que quiero decir es que, al no ser genético entonces probablemente es medioambiental, o al menos una mezcla de ambos, con porcentajes exactos desconocidos. Eso, en otras palabras, sugiere que en parte está en nuestras manos cambiarlo, prevenirlo, o al menos tomar conciencia para poder redireccionarlo ya que claramente no es algo que se solucione con una pastilla, o al menos así lo dice la médica Neuróloga especialista en Nutrición Natasha Campbell, madre de un niño diagnosticado de autismo a los tres años.
Uno de los pilares en el tratamiento recomendado para estos pacientes según mi experiencia y la de esta reconocida Doctora, es nutricional. (Campbell-McBride, 2005) Cambio radical en los hábitos alimenticios, unido esto siempre al consumo diario de probióticos. Probióticos en forma de alimentos fermentados o también, alternativas comerciales de buena calidad y en dosis altas. Según médicos especialistas y algunas investigaciones, un alto porcentaje de niños con esta patología tienen o han tenido historia de alteraciones gastrointestinales (diarrea o estreñimiento crónico o una unión de estas)(Li, Han, Dy, & Hagerman, 2017). Algo así como una asociación o una correlación más que una vía directa de causa y efecto, por lo cual no es una simple coincidencia.
Así que familias: mi recomendación es el de volver a lo que siempre digo y tomar conciencia. ¿Qué alimentos, medicamentos, aditivos y colorantes a nuestro cuerpo durante el embarazo? ¿Durante la lactancia? ¿cuáles son esos primeros alimentos que le damos a nuestros hijos? Podemos juntos disminuir estas cifras si entre todos volvemos a lo básico: alimentos verdes, comida de origen, grasas saludables, alimentos no procesados, consumo regular de fermentos o probióticos. Además, promover el parto natural, la lactancia materna (de ser posible) y el uso consciente de antibióticos entre otros medicamentos.
*Para más información por favor contactarme directamente o escribirme a valesernah@gmail.com
Referencias
Campbell-McBride, N. (2005). Gut and psychology syndrome (GAP syndrome or GAPS). ACNEM Journal.
Li, Q., Han, Y., Dy, A. B. C., & Hagerman, R. J. (2017). The gut microbiota and autism spectrum disorders. Frontiers in Cellular Neuroscience. https://doi.org/10.3389/fncel.2017.00120
Comentários